Es la mina que más temen los alemanes. Deberán desenterrar 126.000 contenedores de residuos nucleares del [lugar en el que se encuentran almacenados](http:// http://www.fr-online.de/_em_cms/_multifunktion/?em_client=fr&em_art=galery&em_cnt=1836442): la antigua mina de sal de Asse, cerca de Hanóver. Desde 1988, el agua salada la ha ido inundando poco a poco y ya se han detectado escapes radioactivos. Laautoridad federal en materia de seguridad radioactiva ha terminado por reconocer que la mina corre riesgo de desmoronamiento a partir del año 2020 y recomienda trasladar los desechos a una mina cercana. El problema es que nadie sabe en qué estado se encuentran los contenedores ni qué albergan exactamente. De este modo, en agosto del pasado año, los alemanes se enteraron de que lo que yacía bajo sus pies no era otra cosa que 28 kilos de plutonio altamente tóxico. El cambio de ubicación es como “escoger entre la peste y el cólera —[señala](http:// http://www.fr-online.de/in_und_ausland/wirtschaft/debatte_energie_der_zukunft/energie_nachrichten/2207106_Atommuell-Bundesamt-will-die-Asse-raeumen.html)la Frankfurter Rundschau—. Inicio de la operación: indeterminado. Duración: alrededor de diez años. Coste: dos mil millones de euros, como mínimo”. Y las empresas de energía nuclear no están muy dispuestas a participar en los gastos.
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