''Después del guerrero, el diplomático“, señala Lidové noviny ante el nombramiento de Dominik Duka como arzobispo de Praga. El Vaticano ha decidido que la Iglesia checa será dirigida por un eclesiástico perseguido por el régimen comunista. Al principio de los años 80, Dominik Duka fue encarcelado en Pilsen-Bory, donde conoció al disidente Václav Havel. Hay que señalar que mientras su predecesor, el cardenal Miloslav Vlk, hizo de la devolución de los bienes de la Iglesia confiscados por los comunistas, su caballo de batalla, el arzobispo Duka se comportará en cuanto a este asunto aún sin solución entre la Iglesia y el Estado checo, como “un buen diplomático”, o mejor dicho, como un “político con sotana”,estima Lidové noviny. A monseñor Duka le corresponderá llevar las “negociaciones duras” con el Estado checo, pero también las negociaciones dentro de la Iglesia misma, donde será necesario hacer prevalecer la opinión de que el asunto de las propiedades confiscadas no es una prioridad para la Iglesia y que ésta tiene “otra razón de existir''.
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