"Impunidad para los altos directivos del servicio de salud británico responsables de uno de los peores escándalos en el que murieron alrededor de 1.200 pacientes”. Así comienza su artículo el Daily Telegraph tras la publicación de un informe sobre las condiciones del hospital de Stafford en el condado de West Midlands. El informe, solicitado tras las quejas recibidas por parte de pacientes, se apoya en las estadísticas que muestran un alarmante índice de mortalidad e indica que “tenían a los pacientes en sábanas sucias” y que eran atendidos por un “personal agresivo”. “Las familias de los pacientes tenían que limpiar los baños y las zonas públicas ellos mismos, mientras que no recibían ni comida ni bebida y, supuestamente, los pacientes bebían de los jarrones”. Ninguno de los ejecutivos que dirigía el establecimiento durante el desastre ha sido condenado. Todos “recibieron su finiquito, cambiaron de trabajo o siguieron en sus puestos”. Incluso su director general recibió “una pensión por un valor de 1,27 millones de libras".
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