La crisis de la zona euro afecta también a países que no han adoptado la moneda única. Es el caso de Serbia, que ha visto derrumbarse su moneda “deslizándose hasta 116 dinares por euro y obligando al banco central a volar a su socorro utilizando 80 millones de euros de sus reservas”, explica Le Monde.
El contexto interior tras las elecciones presidenciales del pasado 20 de mayo hace aumentar la degradación del clima de confianza:
Los inversores han abandonado en masa la moneda […] desde el fracaso de la coalición gubernamental de Tadic, que encarnaba la voluntad de entrar en la Unión Europea (UE), y la victoria del líder de derecha Tomislav Nikolic…que tiene igualmente dificultades para formar un Gobierno.
Belgrado también es tributaria en gran medida de los “bancos extranjeros originarios de los países de la UE, con una parte relativamente importante de bancos griegos e italianos”. Esa es la razón por la que se teme “una nueva restricción del crédito en la región”, añade el diario francés.