“¿Se avecina el final del ACTA?", se pregunta Libération, celebrando que “los apoyos al ACTA, el polémico Acuerdo Comercial contra la Falsificación, siguen disminuyendo”. Tres comisiones del Parlamento Europeo (Libertades Civiles, Industria y Asuntos Jurídicos) han rechazado el texto por una amplia mayoría.
A pesar de que este voto “no es vinculante”, explica Les Echos, “muestra claramente el cambio en la relación de fuerzas que opera en el seno del Parlamento, donde este texto suscita cada vez más oposición y críticas sobre su carácter liberticida”. El diario económico recuerda que, en los últimos meses, “la propuesta sobre internet, la más controvertida, ha empujado a miles de jóvenes a manifestarse a lo largo y ancho de Europa”.
Aunque 22 de los 27 Estados miembros de la Unión han firmado este tratado de protección de patentes y de marcas, que se aplica a bastantes dominios como los medicamentos genéricos, las semillas, la cultura y las descargas en línea, la oposición aumenta.
El 29 de mayo, los diputados holandeses pidieron al Gobierno que no ratificase el acuerdo. La semana pasada, indica Libération, el primer ministro rumano anunció que congelaba el proceso de ratificación, pidiéndole al Parlamento Europeo que aportara garantías en materia de respeto a la vida privada. Habrá que esperar que tenga lugar la votación en sesión plenaria, en julio, para saber qué suerte le depara al ACTA.