"¡Sh!", murmura el diario Süddeutsche Zeitung. ¿Le gustaría saber el secreto peor guardado de los grandes bancos en Estados Unidos y en Europa? Se preparan para la posible salida de Grecia de la eurozona, revela el diario. “Un ejército de consejeros de empresas y juristas” lleva semanas trabajando en “las innumerables cosas que hay que hacer” para reaccionar ante la bancarrota de Atenas. Se producirán revueltas en los países en crisis, donde habrá que garantizar la seguridad de los empleados de los bancos, así como la estabilidad de los servicios de asistencia telefónica para aconsejar a los inversores, y hasta la preparación de los sistemas informáticos para que sean compatibles con los cálculos en dracmas.
El grupo británico Lloyds Banking ha creado un “Comité de inestabilidad del euro” para encontrar la respuesta a numerosas preguntas. El HSBC, más pragmático, ha comprobado si sus cajeros en Atenas funcionarían con transacciones en dracmas. Y según se rumorea, Goldman Sachs posee en sus oficinas londinenses una “Sala de crisis” para situaciones críticas que ha nombrado “Sala 17”, como los 17 miembros de la eurozona.
La única certeza es que el sector no quiere repetir la experiencia de la bancarrota de Lehman Brothers, en 2008, cuando
se anularon las simulaciones porque querían reservar las fuerzas para los casos de crisis.