“Ya en 1979, Doel tenía fisuras”, revela el Morgen. El diario flamenco se sorprende ante la razón esgrimida para cerrar los reactores nucleares Doel 3 y Tihange 2, la presencia de fisuras en las vasijas, puesto que la Agencia Federal de Control Nuclear (AFCN) ya tenía conocimiento de las mismas desde que empezó a funcionar, hace ya 33 años. “Los pequeños errores se cometen a menudo y, en general, carecen de peligro”, declara al diario el director de la AFCN, Willy De Roovere, que añade que “no recuerda muy bien” cuáles fueron las circunstancias en las que dio luz verde al funcionamiento de las centrales.
Frente a los riesgos que entraña, tanto desde el punto de vista de la seguridad como del suministro energético, el redactor jefe del Morgen, Wouter Verschelden, menciona la “necesidad de realizar verificaciones más serias y apropiadas en cuanto a la seguridad de las centrales nucleares”, así como la creación urgente de un nuevo órgano de control dotado de un “director serio” y el final del monopolio del proveedor de electricidad Electrabel en el sector nuclear belga. Según Verschelden, éste “explota casi una mina de oro en Doel y Tihange” y no tiene ningún interés en que la situación cambie puesto que, desde su punto de vista, “roza la perfección”.