El mismo día en el que los ministros de Finanzas de la UE aprobaron el mecanismo de estabilización de 750.000 millones de euros para la eurozona y se realizó la auditoría cruzada de los presupuestos de los Estados miembros, la canciller Angela Merkel presentó el mayor plan de austeridad desde la posguerra, con el que tratará de ahorrar 11.200 millones de euros en 2011 y 80.000 millones de aquí a 2014. Berlín pretende recortar el presupuesto en defensa (4.000 millones menos de aquí a 2014) e introducir nuevos impuestos sobre los beneficios de las empresas de energía nuclear y los billetes de avión cuyo punto de partida sea Alemania. Pero el recorte mayor es el relativo a los gastos sociales, con una reducción de 29.500 millones. El diario Frankfurter Rundschau señala que las primeras víctimas son las familias, los más desfavorecidos y las empresas: "La mayoría de la población apoyaría una consolidación de las finanzas públicas con la condición de que el proyecto fuera creíble y de que los recortes se repartieran de manera justa. Este plan no responde a ninguna de estas dos reivindicaciones" estima el diario, sobre todo en vista de los recientes regalos fiscales realizados al sector de la hostelería. Por su parte, el diario conservador Die Welt estimaque el plan de austeridad es demasiado modesto y que no respeta la reducción del déficit público, que según un nuevo artículo constitucional deberá reducirse radicalmente de aquí a 2016.
Live | IA, medios de comunicación y democracia: ¿una ecuación imposible?
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