Bruselas y sus socios comienzan a impacientarse frente a las dudas de Eslovaquia, el único país que falta por rubricar el mecanismo de estabilización del euro para su entrada en vigor de aquí a finales de junio. Aunque el primer ministro saliente, Robert Fico —derrotado en las elecciones del 12 de junio—, estima carecer de poder, su sucesora en potencia, Iveta Radičová, quiere que el Parlamento eslovaco se pronuncie sobre esta cuestión al tiempo que “negocia con Bruselas” las condiciones de su aportación, explica SME. El importe de la misma —tal y como hace constar el diario— asciende a 4.500 millones de euros.
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