El Gobierno conservador británico ha confirmado que Reino Unido no aplicará 130 normas en el ámbito de Justicia y de Asuntos Interiores, incluyendo entre ellas la orden de detención europea. Se trata de un intento de renegociar la pertenencia británica a la UE y de recuperar competencias, tal y como informa The Times. La ministra de Interior británica, Theresa May, declaró que su Gobierno “saldrá de manera general y después tratará de adherirse a medidas concretas” en esos ámbitos. El diario londinense añade que
El sistema de la orden de detención resulta particularmente conflictivo. Los tories que se oponen al mismo arguyen que se ha demostrado que se trata de una vía de sentido único, con un número muy superior de supuestos criminales que se extraditan desde Reino Unido que los que se envían a su territorio para que puedan ser juzgados allí. Se queja de que existen numerosas peticiones de Polonia por prisioneros que se fugan, que aprovechan las reglas penitenciarias polacas para huir sin terminar de cumplir su sentencia.
El diario británico The Guardian calificó las declaraciones de la ministra de Interior de “elusivas” y de “caos” y pone en duda su capacidad de renegociar un acuerdo “obviamente importante en un mundo con crímenes transfronterizos”.
Pero, ¿por qué debería interesarle a cualquier otro país de Europa llegar a acuerdos con el Reino Unido en esas materias, justo inmediatamente después de que haya abandonado todos los pactos existentes?
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Ante el incremento de las llamadas de los conservadores euroescépticos para que Reino Unido se salga de la UE
May siente sin duda alguna que aumenta la presión para que ella también demuestre que quiere que Gran Bretaña recupere el idealizado “espléndido aislamiento” de antaño.