El medicamento que molesta a Bruselas

Publicado en 9 enero 2013 a las 13:49

“¿Estará la Comisión Europea más interesada en la promoción de los intereses de una empresa farmacéutica norteamericana que en asegurar la supervivencia de algunas decenas de enfermos afectados por una grave y rara enfermedad genética del hígado?", se pregunta Libération. El diario explica que,

desde hace tres años, [la Comisión] se opone con uñas y dientes a la autorización para que un medicamento, el Orphacol, pueda ser distribuido en el mercado europeo. Producido por un pequeño laboratorio francés, CTRS, permite que las personas afectadas por esta enfermedad pueden evitar una muerte cierta[...] Este empeño burocrático no se explica por ninguna razón de salud pública, pues la opinión de los científicos -y de los 27 Estados miembros- es unánimemente positiva con respecto a un medicamento que ha superado las pruebas necesarias. En el lado opuesto, la negativa de la Comisión para autorizar el Orphacol beneficia a una empresa norteamericana: Asklepion Pharmaceuticals, un laboratorio controlado por la Iglesia adventista del séptimo día, que también ha solicitado a la Agencia Europea de Medicamentos (AEM), con sede en Londres, la distribución en el mercado de un medicamento competidor -que todavía no existe-

Una actitud "incomprensible", reconoce un funcionario de la Comisión. Porque, precisa Libération, "la Comisión tiene como principio apoyarse en las conclusiones científicas de diversas agencias europeas".

El diario apunta al papel de Patricia Bunko, jefe de la unidad encargada de los medicamentos para uso humano en la dirección general de Salud y Consumo de la Comisión, quien "parece decidida a hacer fracasar al Orphacol". Sin embargo, añade el diario, aludiendo al caso Dalli

Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

todo el mundo ha advertido que el patrón de Brunko era el antiguo comisario John Dalli, a quien José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, hizo dimitir en octubre tras las [sospechas de corrupción en el sector del tabaco]. "Pero en esta ocasión no se ha acudido a la Olaf, la oficina antifraude de la Comisión", se señala desde París.

Tags
¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema