Francia reconoció el 13 de febrero que no podrá respetar el objetivo de déficit presupuestario reducido del 3% del PIB este año. El mismo día, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, hizo pública una carta dirigida a los ministros de Finanzas de la UE, recordando que el pacto del euro permite una revisión, caso por caso, en un escenario de recesión.
Sin embargo, en privado los dirigentes europeos se inquietan por la iniciativa del presidente francés, François Hollande, para agrupar a los descontentos de la zona euro y debilitar e incluso eliminar el dogma de la austeridad presupuestaria, impuesto desde hace tres años por la canciller alemana, Angela Merkel, y sus aliados del norte.