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Durante el año pasado, ¿ha colaborado usted con alguna recogida de firmas, hecho una donación a un partido político o participado en alguna manifestación legal o ilegal? Desde 2002, este tipo de asuntos son preguntados con regularidad por sociólogos a una muestra de 2.000 personas de 20 países europeos. Su objetivo es comprender mejor por qué cada vez estamos menos (por no decir nada) involucrados en la vida política, al margen de la participación electoral.
Un estudio comparativo llevado a cabo por dos sociólogos checos a partir de los resultados de este cuestionario demuestra que los europeos políticamente más activos son los escandinavos - noruegos, suecos, finlandeses mientras que eslovenos, polacos y húngaros ocupan los últimos puestos de la clasificación. El estudio también desvela que los checos son políticamente los más activos de todos los países ex-comunistas, por delante de portugueses y griegos.
El "homo politicus bohemius", como lo denomina Lidové noviny, tiene sin embargo reputación de gruñón poco activo. La experiencia democrática anterior al comunismo, que duró más tiempo en Chequia y Eslovaquia que en Hungría, Polonia y Eslovenia, ha permitido "guardar en nosotros fórmulas de actividades democráticas y políticas", explica el diario uno de los autores del estudio, Tomáš Lebeda, sociólogo del Instituto Sociológico de Praga.
"Además de la experiencia democrática, hay otros factores que pueden ayudar a medir el compromiso con la vida política de los europeos", explica Lidové noviny: la madurez económica de los países recogida en el PIB per cápita, el poder adquisitivo, el carácter tradicional o moderno de la sociedad (las sociedades rurales son más pasivas que las que disponen de una amplia red de internet), el nivel educativo (los más educados se interesan más por la política, se orientan mejor en los debates y desean influir con frecuencia la vida política).
"La auto identificación en el espectro político, a izquierda o derecha", juega igualmente un papel importante, apunta el diario. En las democracias occidentales, las actividades de protesta, de recogida de firmas o de manifestación son llevadas a cabo generalmente por gente de izquierda. En los países post comunistas, por el contrario, son personas de derecha las que se manifiestan, boicotean o recogen firmas. "El hastío hacia una izquierda contaminada por la idea de un gobierno no democrático de los antiguos regímenes comunistas persiste", observa observe Tomáš Lebeda.
