“Amazon enfada a sus clientes”, titula Welt am Sonntag, que narra las duras críticas que se vierten en Alemania sobre la librería en línea estadounidense, después de la emisión de un reportaje de televisión que denunciaba las condiciones de trabajo inhumanas de los trabajadores temporales de origen extranjero.
La cadena ARD hizo público que en la región de Hesse los temporales, entre los que figuran muchos españoles y polacos, estaban hospedados en colonias de vacaciones más allá de la capacidad de las mismas, se les pagaba menos de lo que se anunciaba y se veían obligados a emplear varias horas de traslados para llegar a su lugar de trabajo.
Pero lo que realmente ha despertado la polémica es que
Amazon contrató a vigilantes próximos a la esfera neonazi para intimidar, acosar y espiar a los extranjeros.
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Tanto Slate.fr como The Verge y EUobserver también se han hecho eco de este asunto.
Este fin de semana, la ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen, pidió que se diesen a conocer las condiciones de trabajo en Amazon y amenazó con retirar la licencia a las empresas de trabajo temporal que colaborasen con la librería.
Según el Südddeutsche Zeitung, Amazon rescindió el 18 de febrero el contrato con la empresa de seguridad Hensel European Security Services (H.E.S.S.), que era la que daba trabajo a los vigilantes.