“Al traste con las normas de conducta”, titula De Volkskrant. Según el diario holandés, seis comisarios europeos que dimitieron de su cargo la primavera pasada trabajan ahora para lobbies o como asesores de empresas que podrían sacar provecho de sus conocimientos y redes de contactos en la UE. De Volkskrant comenta que las normas que rigen los conflictos de intereses son inadecuadas y la valiosa información que se maneja en la Comisión Europea podría filtrarse con facilidad a las empresas en cuestión. Entre los ejemplos más llamativos se encuentran los casos de Charlie McCreevy, antiguo comisario de Mercado Interior, que ahora pertenece al consejo de Ryanair, y Günter Verheugen—antes en Empresa e Industria—, que ahora cuenta con su propia empresa de lobby y trabaja para el Royal Bank of Scotland.
De Volskrant apunta igualmente que 17 antiguos comisarios —entre los que se encuentra Charlie McCreevy— perciben, al tiempo que trabajan, las indemnizaciones de transición a las que tienen derecho durante un plazo máximo de 3 años hasta que encuentren trabajo. Estas indemnizaciones transitorias ascenderían a unos 96.000 euros al año.