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El primer ministro, Robert Fico, ha criticado a las minorías étnicas (principalmente los húngaros), y religiosas, así como a los homosexuales o los que no comparten su opinión. Les acusa de hacerle chantaje invocando a los derechos humanos, y ha manifestado que "el Estado ha sido fundado por los eslovacos, no por las minorías".
Sus declaraciones llegan cuando un nuevo conflicto ha estallado con la minoría magiar sobre la cuestión de mostrar en dos idiomas los carteles de las estaciones de ferrocarril en las regiones próximas a la frontera húngara.
"El primer ministro se ha habituado de tal manera a tner la mayoría (en el Parlamento) que muestra hasta qué punto no tolera a las minorías, para así enmascarar su incapacidad para gestionar la crisis económica y el aumento del paro", comenta el diario de Bratislava.
