Una catástrofe anunciada

"Catástrofe ecológica: estado de emergencia en tres condados", titula Népszabadságdos días después de la ruptura de un contenedor de la fábrica de aluminio de Ajka, al oeste del país. El diario, que dedica varios artículos a este tema, atribuye la catástrofe a negligencias humanas. Komment.hu lamenta por su parte que "bajo presión de la UE, Hungría haya gastado cantidades colosales en campañas para la clasificación de basuras domésticas que no suponen ni un 5% de los desechos" y no haya sido capaz de aplicar medidas de prevención en materia de tratamiento de residuos industriales que sin embargo constituyen "una verdadera bomba de relojería".