“Al igual que mientras vivió influyó en los pasados 30 años, tras su muerte bien podría influir en los próximos 30 años", escribe The Guardian en su editorial, tras la muerte de Margaret Thatcher, el 8 de abril.
Fue la más formidable líder en tiempo de paz que este país ha tenido desde [William] Gladstone. [...] Fue una líder excepcional y consecuente, de muchas maneras una gran mujer. No hay razones para bailar sobre su tumba pero tampoco para que reciba un funeral de Estado. Su legado es la división pública, el egoísmo privado y el culto de la codicia, que combinados encadenan al espíritu humano más de lo que le hacen libre.
El diario de izquierda señala que en Glasgow y en el distrito de Brixton de Londres, algunas personas celebraron la noticia, improvisando fiestas callejeras con champán.