“El amor se fue. En la crisis del euro, la relación franco-alemana se ha enfriado", resume el diario económico.
“Tras las duras críticas de los socialistas franceses contra la canciller, los dos Gobiernos han intentado limitar los daños", escribe Handelsblatt, pero "ahora, el número dos de Angela Merkel ha añadido gasolina al fuego": efectivamente, el ministro de Economía, Philipp Rösler, ha concluido un informe, al que el diario ha tenido acceso, en el que "enumera las carencias económicas y políticas del país vecino".
Entre ellas, figura "el aumento de los costes laborales y las cargas elevadas", "el número de horas trabajadas es el más bajo de la UE", "el peso de la fiscalidad y de la protección social más elevado de la zona euro".
Según Rösler, la competitividad de Francia está disminuyendo y las empresas, castigadas por los impuestos, dejan el país, informa Handelsblatt.
"Francia deriva hacia el sur", manifiesta igualmente el ministro, según el que Francia podría perder su papel como estabilizador en la crisis del euro.