"We are one" — "Somos uno", dice la divisa del concurso de Eurovisión de la canción que se desarrolla durante estos días en Malmö.
Pero, "mientras la vieja ciudad industrial se ha convertido en un melting pot internacional lleno de optimismo",indica Dagens Nyheter, "un creciente número de familias judías la abandonan. El antisemitismo se ha convertido en un señal de identidad de Malmö. El acoso se ha convertido en moneda corriente y numerosos judíos ya no contemplan su futuro en esta ciudad".
La comunidad judía de Malmö contaba con 2000 personas en los años 70. Solamente quedan 500 en la actualidad, explica el diario. "La mayoría se han ido a Estocolmo o al extranjero".