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El 18 de junio el Banco de Chipre anunció un plan de reestructuración que prevé el despido de entre 2.000 y 2.500 empleados, una bajada de entre el 11% y el 30% de los salarios y una reducción, o la anulación, de las indemnizaciones por despido, explica el diario chipriota.
El plan, que se aplicará hasta finales de año, se convirtió en una necesidad tras el plan de rescate y la absorción de Laiki Bank, asediado por las deudas.
En una carta remitida a los dirigentes de la eurozona el presidente, Nicos Anastasiades, también pidió una revisión del plan de ayudas internacional de 10.000 millones de euros que aprobó el Parlamento el 30 de abril, pues considera que es “injusto” y critica el plan de rescate de los bancos chipriotas.
