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“Para evitar que los clientes no se encuentren delante de una estantería sin leche en polvo, no vendemos más de un bote a los que no conozcamos (es decir, a los chinos). A los clientes habituales del pueblo, les vendemos dos botes por persona”. Este es un extracto del informe interno de un supermercado al que NRC Handelsblad ha tenido acceso.
Desde hace varios meses, las supermercados holandeses están afectados por falta de suministro de leche para los bebés. Desde el escándalo de la melamina contenida en la leche infantil, que afectó a alrededor de 300.000 bebés en China en 2008, los chinos han dejado de confiar en la leche china y compran de manera masiva leche en polvo en el extranjero, y particularmente en los Países Bajos.
El NRC Handelsblad explica que últimamente, varias oficinas anti-discriminación han recibido quejas de personas a las se les ha denegado,en diversos establecimientos, la compra de leche en polvo por tener apariencia asiática.
