La coalición gobernante liberal-conservadora está bajo presión, en lo referente a la política inmigratoria, tras el reciente lanzamiento de una campaña de los conservadores para que los inmigrantes ilegales vuelvan a sus países de origen o sean detenidos, escribe The Daily Telegraph.
El secretario de Estado de Economía, el liberal conservador Vince Cable, ha calificado la campaña piloto, actualmente en activo en Londres, y en la que vehículos portan avisos que amenazan con detención a los inmigrantes ilegales, como “estúpida y ofensiva”.
Los partidos están profundamente divididos sobre la cuestión de la inmigración, pues los liberal-demócratas creen que sus socios de coalición están demasiado concentrados en la cuestión. En marzo, se hizo público que el Gobierno estaba considerando un plan para que los centros escolares comprueban el estatus migratorio de sus alumnos, mientras que el primer ministro David Cameron, por su parte, ha hecho público un plan para recortar los beneficios sociales de los inmigrantes sin empleo que provengan de la UE, tras seis meses de estancia en el Reino Unido.