Tras seis años en el puesto, el presidente de Siemens, Peter Löscher, presentó la dimisión el 27 de julio, tras una decisión del consejo de administración.
Esta dimisión costará 9 millones de euros a la empresa alemana de alta tecnología, pero visto el “balance catastrófico” de Löscher, se trata de una “decisión loable”, estima Die Welt, que recuerda que la empresa se enfrenta a grandes dificultades de gestión pero también de producción:
Los trenes de alta velocidad tardan en ser terminados y hay problemas de calidad con la energía eólicas. [...] La empresa ha perdido su reputación de infalibilidad.
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