El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, compareció en el Parlamento, el 1 de agosto, por el caso Bárcenas, bajo sospechas de haber recibido sobresueldos durante varios años.
Rajoy declaró que había cometido un error al confiar en el extesorero del PP, Luis Bárcenas, y advirtió que no dimitirá y que no habrá elecciones anticipadas, como exigía la oposición. Reconoció que se habían pagado sobresueldos en el seno del partido, pero negó la existencia de una doble contabilidad y afirmó que el dinero fue declarado a Hacienda.
Para La Vanguardia, aunque
no ha servido para proyectar más luz sobre la financiación del PP[…]El principal objetivo de Rajoy en la comparecencia de ayer –mantener la estabilidad política que requieren los mercados– queda así a salvo. De momento.