Después de que el Tribunal Supremo ratificara la condena y sentenciara al ex primer ministro Silvio Berlusconi a un año de arresto domiciliario por evasión fiscal, las polémicas declaraciones por su parte sobre una próxima “guerra civil” han suscitado preocupación porque la manifestación de su partido en Roma, el sábado, podría significar el fin de la estabilidad política italiana.
Berlusconi abogó por “luchar” y urgió a sus seguidores a resistir el “terrible poder” del sistema judicial italiano, pero se contuvo a la hora de pronunciarse sobre la retirada de la coalición gubernamental con el Partido Demócrata, declarando que "el Gobierno debe seguir adelante”, afirma Corriere.
Según la mayoría de los analistas, Il Cavaliere – que perdería este título por la condena – espera un acuerdo que le permita presentarse en las próximas elecciones. De todas formas, si fracasa, se está preparando para desencadenar una crisis política y forzar elecciones anticipadas en octubre.