La quiebra de dos de los bancos más pequeños del país, Probanka y Factor banka, anunciada el 6 de septiembre, podría tener serias repercusiones para las finanzas estatales y el sector empresarial, informa Dnevnik.
A pesar de ser pequeños, los bancos contribuyeron a financiar virtualmente todos los principales accionistas que participaron en la transición del comunismo al capitalismo en Eslovenia, informa el periódico, destacando todos los efectos dañinos derivados que las quiebras pueden provocar para varias compañías claves y para sus proveedores.
El Gobierno anunció que aseguraría unos 500 millones de euros de los depósitos bancarios de cada institución, con el fin de prevenir una salida masiva de depósitos. Algunos analistas temen que las pérdidas finales para el Estado, que pueden incluir los costes de recapitalización, superen dicha cantidad de 500 millones de euros.