Según el Wall Street Journal citado por Neue Zürcher Zeitung, Barack Obama conoció este verano que jefes de Estado y de Gobierno, entre los que se incluía a la canciller alemana Angela Merkel, fueron espiados por la NSA.
El presidente norteamericano habría ordenado de forma inmediata parar estas escuchas, precisa el diario suizo, las actividades de la NSA se habrían comenzado a controlar tras las revelaciones de Edward Snowden. NZZ se indigna por la indiferencia de los norteamericanos frente a este escándalo:
Aparte del hecho de que las actividades secretas jamás son negociadas públicamente, es la indiferencia de los norteamericanos la que explica el porqué de que ningún miembro de la Administración de Obama no se haya pronunciado públicamente de momento. Todo lo que sabemos nos llega o bien por o por fuentes anónimas en el seno de la Administración.