“Al menos, Viktor Orbán e Iveta Radičová se han reunido”, señala SME. Efectivamente, el 14 de diciembre los primeros ministros húngaro y eslovaco han mantenido una entrevista en Bratislava, toda una novedad en el marco de las difíciles relaciones entre ambos países. En esta corta visita de Viktor Orbán, que se prepara para ejercer la presidencia húngara de la Unión Europea durante el primer semestre de 2011, los dos vecinos se han puesto de acuerdo en dos cosas. Por un lado, en la necesidad de construir rápidamente una gasoducto que formaría sería parte de la conexión que va del Mar Adriático al Báltico y que tiene como objetivo reducir la dependencia de Europa Central respecto a Rusia, y por otro, “la necesidad de lanzar nuevos proyectos de cooperación transfronteriza”.
Live | IA, medios de comunicación y democracia: ¿una ecuación imposible?
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