Once años después del naufragio del Prestige, la peor catástrofe medioambiental ocurrida en España "se salda sin culpables y sin responsabilidades civiles", escribe La Voz de Galicia, al día siguiente de lo que califica como “microcondena” de la Audiencia Provincial de Coruña sobre el accidente ocurrido el 13 de noviembre de 2002.
El petrolero, registrado en Grecia y con pabellón de Bahamas, transportaba 77.000 toneladas de crudo, y se hundió a 260 kilómetros de las costas de Galicia después de que se abriera una brecha en su casco, provocando una marea negra que afectó a 2000 kilómetros de costas.
Al término de un “macroproceso”, el tribunal condenó al capitán del navío a 9 meses de prisión por desobediencia a las autoridades españolese, que le ordenaron alejarse de la costa y absolvió a los demás responsables del barco y al director general de Marina Mercante del delito de atentado medioambiental. Los daños, que el fiscal estimó en 4.328 millones de euros, el tribunal los ha evaluado en 151 millones que serán pagados por el Fondo Internacional de indemnizaciones de daños debidos a la contaminación de hidrocarburos. El Estado, cuyo responsable último como ministro de Fomento en la época era el actual presidente Mariano Rajoy, queda libre de toda responsabilidad.
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