En vísperas de la firma oficial de un acuerdo entre los Estados miembros y el Parlamento Europeo sobre las emisiones de CO2 para los automóviles, De Morgen lamenta que “el clima se convierta en la víctima del proteccionismo europeo”.
El diario recuerda que Angela Merkel ha bloqueado la adopción de reglas medioambientales más estrictas para que no “perjudiquen” al constructor automovilístico alemán BMW, una acción apoyada por el Reino Unido a cambio de favores para la City de Londres. Francia ha cedido a la presión de Renault, marca a su vez presionada por su socio comercial Daimler, cuyo lobista más importante es un exconsejero de Merkel.
Las ONG medioambientales están furiosas, añade Morgen, citando a un experto de transporte de Greenpeace:
Tras el casi fracaso de las negociaciones climáticas en Varsovia, la UE se distancia ahora de las promesas que hizo de antemano para reducir los daños climáticos que son, entre otras causas, provocados por los vehículos [...]. La UE estima que los intereses a corto plazo de ciertas empresas son más importantes que los de los ciudadanos y los del resto de la economía.