El anuncio de ETA de una tregua "permanente, de carácter general y que puede ser verificada por la comunidad internacional", acompañada por un "compromiso de solución definitivo y el final de la confrontación armada", se ha recibido con escepticismo en la prensa española. Empezando por El País, que, en uneditorial, estima que la declaración de tregua sería "menos que el mínimo" exigido para ser creíble.
Al contrario de lo que exigían las fuerzas políticas, es decir, el cese de la violencia unilateral e incondicional, el comunicado de la organización terrorista vasca "no incluye indicios que permitan suponer que se trate de un paso hacia el abandono definitivo de las armas". "Todo lo contrario", destaca el diario madrileño: "el grupo sigue exigiendo un precio político a cambio del abandono de la violencia", es decir, la autodeterminación del País Vasco y la inclusión de la región limítrofe de Navarra.
En la misma línea, el diario vasco El Correo expresa su "alivio" por "las miles de personas amenazadas, que podrán afrontar los días venideros con mayor tranquilidad", y recuerda también que "ETA ha anunciado un alto el fuego, no su desaparición". "El problema es que el comunicado resulta insatisfactorio frente al anhelo de un final definitivo de la amenaza terrorista y se queda muy lejos" de las exigencias impuestas por la justicia para poner fin a la prohibición de los partidos de la izquierda abertzale (independentista), entre los cuales se encuentra Batasuna, el escaparate político de ETA.
También muestra su escepticismo el diario ABC, según el cual, "ETA repite los mismos tópicos de siempre", incluso los mismos que sentaron al gobierno español en una "negociación indigna" entre 2005 y 2007, lamenta el diario. Para ABC, el gesto de ETA se puede calificar de "simple maquillaje" con el fin de permitir a la izquierda abertzale participar en las elecciones del próximo mes de mayo.
Por su parte, Público opina que las "reivindicaciones políticas" formuladas por ETA como "precio político exigido por la banda para entregar las armas" son superfluas y expone que al comunicado "le faltan dos apellidos: definitivo e irreversible".