A pesar de que Kiev no ha pedido nada, Moscú ha enviado 287 camiones con ayuda humanitaria al este de Ucrania, región afectada por los combates entre los separatistas prorrusos y el ejército ucraniano. “Un gesto hipócrita”, escribe De Volkskrant. Efectivamente, la región necesita ayuda desesperadamente, pero nadie confía en los rusos: Kiev, la UE y Washington discuten de una solución al problema humanitario en el este de Ucrania y temen que el convoy, dirigido por soldados, esconda en realidad una invasión militar.
Bajo demanda de Kiev, Moscú ha prometido que el convoy será supervisado por la Cruz Roja Internacional, una vez llegado a Ucrania. El diario holandés informa de que
la Comisión Europea prometió ayer un montante de 2,5 millones de euros en fondos de urgencia para alojamiento temporal, alimentos, agua y medicamentos para preparar el próximo invierno, un anuncio que ha sido arrollado por las ruedas de 287 camiones.
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