El conflicto con el Estado Islámico (EI) está “sacudiendo las discusiones” entre los Estados miembros de la UE para llegar a un acuerdo y contrarrestar la amenaza de ataques de ciudadanos europeos que vuelven de Siria o Irak, escribe The Guardian.
El diario informa que los ministros de Interior de los 28 Estados miembros se reunirán en Luxemburgo a mediados de octubre, con “responsables ejecutivos de los grandes medios sociales, como Twitter, Facebook and Google”, con objeto de concretar las medidas que han estado discutiendo en los pasados 18 meses:
hay varias opciones sobre la mesa, principalmente un Registro de Nombres de Pasajeros (PNR, por sus siglas en inglés) de la UE, para todos los desplazamientos aéreos dentro de la UE, cumpliendo 15 parámetros diferentes que se mezclan en un ordenador por algoritmos para ayudar en la identificación de sospechosos. Dicho plan encuentra la oposición del Parlamento Europeo por atentar contra las libertades civiles, pues examinaría a millones de viajeros normales. [...]Thomas de Maiziere, ministro alemán de Interior, también ha pedido un control más estricto de los pasaportes y documentos de identidad en los aeropuertos [pero]su propuesta también es contestada porque provocaría colas masivas. Una base de datos policial conocida como SIS o Schengen Information System también estará disponible como herramienta para identificar a viajeros sospechosos. Los servicios de inteligencia [...]tienen reticencia, en todo caso, a proporcionar información a este sistema por temor a comprometer sus medios, haciéndolos menos efectivos.
Una investigación en el diario francés Libération muestra cómo las relaciones y las comunicaciones con países de fuera de la UE también influye en el retorno de los sospechosos. El periódico recuerda el “increíble fiasco” del caso de tres sospechosos yihadistas franceses, uno de los cuales es cuñado de Mohamed Merah fueron arrestados en Turquía después de abandonar Siria, para ser después extraditados hacia el aeropuerto equivocado. Mientras los servicios de inteligencia esperaban en el aeropuerto de Orly, en París, el trío desembarcó en Marsella, desde donde volvieron libremente a sus hogares en Toulouse, donde se entregaron, “sabiendo que serían buscados”. Según Libération, la falta de entendimiento en el aeropuerto turco llevó a las autoridades a cambiar el vuelo en “el último minuto”.
El problema es que los agentes turcos de aduanas no informaron del cambio de estrategia a sus servicios de inteligencia, que a su vez no pudieron alertar al oficial de coordinación en la DGSI [servicios de inteligencia francess] de la embajada francesa en Ankara.