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Los trenes nocturnos, que vieron iniciarse en el viaje a generaciones de jóvenes europeos (¿alguien se acuerda del célebre pase de Interrail?), podrían convertirse en un recuerdo bien pronto. La publicación sobre economía y ecología Terra eco [recuerda] que, en los últimos tiempos, Elipsos ha decidido suprimir su oferta entre Francia y España. Y seguidamente, la que unía Suiza, España e Italia.
A principios del mes de octubre, International Railway Journal anunció que Deutsche Bahn, la compañía de ferrocarriles alemana y uno de los mayores operadores de trenes nocturnos, suprimía igualmente sus trenes nocturnos entre Francia y Alemania y entre Suiza, Alemania y Dinamarca.
¿Las causas de estos cierres? la falta de rentabilidad de esta actividad, en competencia ahora con el bajo coste aéreo: lo vetusto del material, pues una renovación sería muy costosa, los gastos de gestión, los problemas de interoperabilidad...y también la legislación europea del ferrocarril y la liberalización del sector. Así, el International Railway Journal explica que
mientras que la Comisión Europea invierte miles de millones de euros en la puesta en marcha de infraestructuras ferroviarias transfronterizas, las conexiones internacionales se apagan poco a poco, en ausencia de una visión común para mantener su funcionamiento. Esto va contra la política de la UE sobre transporte modal y las reducción de las emisiones de CO2, porque los pasajeros de tren se ven obligados a utilizar el avión en las distancias cortas.
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Para la publicación, remediar este muerte de los trenes nocturnos en Europa, que disponen de un “enorme potencial turístico” necesitaría una “visión de futuro común”. Pero también que las empresas ferroviarias encuentren “medios más prácticos para ocupar una litera”, proponiendo por ejemplo “servicios de fuerte valor añadido como compartimentos de alta gama, promociones, y sistema simplificado de reservas”.
De momento, indica Terra eco, solamente Thello, parece apostar por la industria:
según su director general Albert Alday, “El París-Milán-Venecia (explotado hasta 2010 por Artesia) acogía a 200.000 pasajeros al año antes de nuestra llegada. Desde 2012, hemos pasado a 300.000. En 2014, vamos a alcanzar al menos 340.000 pasajeros.
En la revista francesa, el economista Yves Crozet recuerda en todo caso que “la línea nocturna relanzada por Thello entre París-Venecia es algo muy particular: romanticismo obliga”. Y predice que estos trenes se convertirán en producto de nicho o de lujo: “Pertenecen al pasado, como los barcos que atravesaban el Atlántico”.
