Los líderes europeos y rusos se mostraron desafiantes frente a las tensiones económicas el 18 de diciembre, con los líderes de la UE anunciando nuevas sanciones a Crimea y el presidente ruso, Vladimir Putin, advirtiendo a su país de dos años de recesión.
Durante una conferencia de prensa anual que "por lo general sirve como un espacio para el espectáculo populista del presidente", escribe el Financial Times, Putin "se enfrentó a preguntas más contundentes de los habitualmente leales presentes, particularmente en la economía". Pero el diario financiero enfatiza que Putin atribuyó la responsabilidad de los problemas del país al exterior:
Afirmó que un período de dificultades económicas era el precio que Rusia tendría que pagar para mantener su independencia frente a la agresión occidental, culpando repetidamente del desplome del rublo y de la amenaza de recesión a "factores externos".
Por otra parte, en un Consejo de la Unión Europea en Bruselas, la canciller alemana Angela Merkel se comprometió a mantener las sanciones hasta que Putin "haga concesiones importantes" en Ucrania, escribe EUobserver. Los líderes de la UE también acordaron y "prohibir casi todas las formas de cooperación empresarial con Crimea" el 20 de diciembre. Según el sitio web,
Teniendo en cuenta la crisis financiera de Rusia y que tiene que suministrar a Crimea por mar, lo más probable es que la región, que solía vivir de los subsidios de Ucrania, se convierta en un dolor de cabeza económico.