"Porque están desempleados, porque quieren consumir o sencillamente porque quieren aprovechar la marea alta, los portugueses están vendiendo lo que tienen en casa, a veces lo que se ha conservado durante generaciones". Así informa la revista lisboeta Visãosobre la locura nacional por vender oro. Con un precio actual de 34 euros por gramo, el oro ha triplicado su valor en los cinco últimos años, incrementándose un 30% sólo en 2010 y haciendo proliferar los negocios en el sector. La Casa de la Moneda señala que 709 nuevas peticiones, principalmente para compra-venta al por menor, fueron efectuadas durante 2010, lo que supone un aumento del 150% desde 2008. Sin embargo, las protestas se multiplican, afirmando que este mercado ha traído consigo una nueva fiebre del oro, pues apenas está legislado y tiene muchas lagunas impositivas. Los desempleados y los más presionados por la crisis económica son los que más lo explotan, señala la revista. Muchos venden reliquias familiares por la miserable cantidad de 18 euros por gramo. "Esto es sólo comparable al boom inmobiliario de 1995 a 2002, cuando daba incluso más beneficios que el tráfico de drogas”, bromea un superior de la ASAE, una división de la policía nacional.
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