"Los ‘bonus’ de los bancos no pertenecen ya a nuestro tiempo", titula De Morgen. El titular hace referencia a la decisión de los grandes bancos belgas KBC y Dexia de repartir nuevas primas entre sus directivos que ha "irritado profundamente" a algunas entidades bancarias de menor tamaño. Éstas últimas tildan esta medida de "imprudente y de desastre para la confianza de los clientes hacia el sector bancario" que acaba de "recuperarse de golpe del impacto tras la crisis financiera". De Morgen explica que el debate sobre las primas se inició la semana pasada en los Países Bajos, cuando ING anunció que la prima anual de sus principales directivos se doblaría, aumentando la cuantía de los incentivos de 600.000 a 1,2 millones de euros, antes de optar por renunciar a esta opción ante la presión de los clientes enfurecidos y del propio gobierno. KBC y Dexia que, al igual que ING, han recibido ayudas estatales a lo largo del periodo de crisis y no han devuelto todavía todas sus deudas, no tienen intención de seguir el ejemplo de ING, pues consideran que los incentivos son necesarios para "conservar en nómina al talento de quienes se encuentran en lo más alto".
Live | IA, medios de comunicación y democracia: ¿una ecuación imposible?
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