La inteligencia empresarial es una práctica cada vez extendida, y no sólo en el sector de la industria militar. El diario francés Libération se hace eco del caso de Alain Quiros, programador y pirata informático profesional, implicado en tres casos de espionaje industrial de gran relevancia. Quiros logró infiltrarse en los ordenadores de un dirigente de Greenpeace, el abogado de varios accionistas de Vivendi y EADS, y un laboratorio de control antidopaje. De momento hay dos presuntos responsables: la compañía eléctrica francesa EDF, que habría puesto en marcha un plan de vigilancia para estar al tanto de las posibles acciones de la organización ecologista, y el ciclista estadounidense Floyd Lantis, que perdió el título de ganador del Tour de Francia del 2006 tras un control positivo por testosterona efectuado por dicho laboratorio. “El caso de Quiros es representativo de una profesión maldita que se ha organizado al margen de cualquier marco legal (...) y pone de manifiesto la necesidad de regular la situación de quienes se dedican a la inteligencia empresarial”, explica el rotativo galo.
Live | IA, medios de comunicación y democracia: ¿una ecuación imposible?
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