"Los familiares reciben miembros cortados del cuerpo. En caso de no pagar, los rehenes son ejecutados. El ‘hampa’ búlgara practica el secuestro de empresarios como un negocio", informa El Spiegel Online, que estima que aproximadamente 50 personas están actualmente secuestradas. El riesgo de captura es mínimo para los criminales pues la policía no solamente no tiene interés en perseguirlos, sino que además es sospechosa de manejar el tinglado. "Hasta los ‘pequeños delincuentes’ podrían entrar en esta actividad delictiva. La espiral de violencia podría volverse tan incontrolable como la corrupción en este país ", anota el periódico digital.
Los rehenes mismos son vistos con desconfianza puesto que los secuestros más espectaculares han sido probablemente «autosecuestros» para facilitar el blanqueo de dinero. "El objetivo de estos clanes mafiosos y de los políticos y funcionarios corruptos que los amparan, es cada vez más las empresas extranjeras" . El Spiegel Online cita el ejemplo de un empresario americano que una mañana descubrió su casa cercada con alambradas, "oficialmente porque se trataba de una construcción ilegal. En realidad, se había negado a pagar la extorsión". El hombre pagó finalmente después de que una muñeca de Vudú fue quemada en su jardín y tanto la pesadilla como la alambrada desaparecieron.