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"China colecciona empresas alemanas", titula el Financial Times Deutschland, según el que casi nunca las empresas chinas se habían fusionado a esta escala con sociedades alemanas –siete – como en 2011, y las estimaciones de los expertos aventuran que no tardarán en realizarse transacciones que alcancen los miles de millones de euros. Porque China está interesada en comprar el peritaje tecnológico de Europa, un mercado que consideran menos protegido que el de Estados Unidos. En Alemania, donde las inversiones directas chinas se han duplicado entre 2006 y 2009 hasta alcanzar los 629.000 millones de euros, las estrategias de Pekín se centran en "las nuevas tecnologías, el sector financiero y la industria automovilística".
Ningún miedo ante un "peligro amarillo", afirma el diario de Hamburgo en el editorial titulado "Igualdad de derechos para todo el mundo": "Hasta el momento, los chinos no se han comportado como inversores que vacían las empresas como las langostas, destruyendo empleo a gran escala". No obstante, para que el espionaje industrial y la competitividad no se conviertan en una amenaza para la economía alemana, el FTD insta a invertir en innovación para que tanto alemanes como chinos puedan desempeñar su papel dentro de un marco de competitividad y progreso.
