"Besos y abrazos con Vladimir Putin, como siempre. Cumplidos y agradecimientos por parte de Recep Tayyip Erdogan… en Turquía, Silvio Berlusconi se siente como en casa". Así es como el Corriere della Seraresumela función del Primer ministro italiano en el acuerdo entre Rusia y Turquía sobre el gasoducto South Stream, que conectará el Mar Negro con el Mediterráneo.
Paolo Scaroni, administrador delegado de Eni, la agencia nacional italiana de energía, no oculta nada: "Las relaciones personales del presidente del Consejo en esta parte del mundo para nosotros son tan fundamentales como el aire que respiramos". La construcción del gasoducto South Stream, en la que participará Italia, podría competir con el proyecto Nabucco, ideado precisamente para suministrar gas a Europa sin pasar por Rusia. Gracias al gasoducto South Stream, Italia, desde el punto de vista energético, estará más vinculada con Rusia que con la Unión Europea. Pero para Silvio Berlusconi esto no supone ningún problema: "Jamás he recibido la menor crítica, ni en el G8, ni en otras cumbres internacionales", ha declarado antes de jactarse una vez más: "Conozco personalmente a todos los líderes de los países mediterráneos, de Túnez a Libia, de Argelia a Turquía, pasando por Egipto. Estas relaciones tienen un gran valor".