"El Estado aplica la ley contra Lukoil", anuncia Dnevnik. El 26 de junio, las autoridades búlgaras anularon la licencia de la compañía petrolera rusa en Bulgaria, porque esta última no había instalado los instrumentos necesarios para controlar la cantidad de petróleo importado de Rusia. Lukoil debe por tanto parar su producción de carburantes durante un periodo todavía sin determinar. El diario recuerda que la compañía ha sido sancionada tras diez meses sometida al control de las autoridades búlgaras.“No me preocupa el mercado de carburantes porque Bulgaria tiene 420 importadores. Las grandes empresas son iguales ante la ley y todas ellas deben acatarla”, subraya el ministro de Finanzas Siméon Diankov. La sanción contra Lukoil acontece en un contexto de tensión entre Rusia y Bulgaria en el ámbito energético, dos países con intereses afines, especialmente en la cuestión del pago de Rusia de la construcción de la central nuclear de Béléné y en el desarrollo del proyecto del oleoducto Bourgas-Alexandroupolis.
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