“Los hijos de los inmigrantes de clase media se fugan en masa de las escuelas mixtas”, informa De Morgen. La razón, según el diario de Bruselas: “Los marroquíes no quieren estar en la misma clase que los europeos del Este”. Para Paul Mahieu, profesor de la Universidad de Amberes que estudia la segregación en la educación primaria, las escuelas se enfrentan a una “fuga negra” comparable a la “fuga blanca”, el fenómeno por el que los padres autóctonos retiran a sus hijos de los colegios frecuentados por una fuerte proporción de alumnos de origen extranjero.
“El mecanismo de fuga” se activa cuando el porcentaje de alumnos de origen extranjero sobrepasa el umbral del 30% y llega al 50%, el límite para los padres no autóctonos, explica Paul Mahieu. El investigador estima que se trata de un problema psicológico porque “los padres creen que la educación es mejor en las escuelas con muchos alumnos autóctonos” y avisa de que esta fuga va a continuar y podría agravar los problemas. “La diversidad” en las escuelas no es obligatoriamente sinónimo de problemas, indica por su parte De Morgen, que concluye diciendo que “a menos que abandonemos la idea de que la educación es un motor para la movilidad social, los colegios con una mezcla socio-económica son necesarios”.