La canciller alemana quiere otorgar más poder a Bruselas. El 7 de junio, en la televisión alemana, Angela Merkel afirmó que una unión monetaria tenía que ir acompañada de una unión política “que ofrezca más posibilidades de control a Europa”.
En ese caso, titulael Financial Times Deutschland: “el águila federal perderá sus plumas”. El diario económico advierte de que
La transferencia de competencias es una operación extremadamente difícil. Desde el punto de vista de la política exterior, el precio a pagar será la división de la UE en una Europa de dos velocidades. Merkel es consciente de ello, pero ya no le molesta.
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En el ámbito jurídico, la única solución es un tratado entre los Estados semejante al pacto presupuestario, afirma el FTD. Más concretamente, del pacto presupuestario surge la Europa de dos velocidades y se podría ampliar hasta llegar a una unión fiscal e incluso política. El problema es que si se quiere ratificar un acuerdo aparentemente sencillo, los Estados necesitarán los votos de los países reticentes como Reino Unido o Eslovaquia para utilizar las instituciones europeas, como la Comisión, el Parlamento y el Tribunal de Justicia. Otro de los grandes obstáculos es el que constituye el Tribunal Constitucional Alemán:
Que será el único en decidir el límite [con el que es posible realizar una transferencia de competencias]. Para lograr una auténtica unión política, habrá que convocar un referéndum sobre una nueva Ley Fundamental [la Constitución alemana]. La evolución hacia la unión política probablemente se realizará de un modo insidioso, mediante la cooperación entre todos los partidos políticos.
En París, el diario Le Figaro constata que se está afianzando la desconfianza entre François Hollande y Angela Merkel. En su editorial, el diario conservador señala que
la canciller alemana, a la que en el Elíseo describían como “aislada”, no ha esperado a las elecciones legislativas [francesas el 10 y el 17 de junio] para colocar en su sitio a su nuevo interlocutor. El llamamiento insistente del presidente francés a favor de una mutualización de las deudas europeas acaba de obtener la réplica que se esperaba: el federalismo presupuestario que tanto desea no se producirá sin un federalismo político. [...] Va a tener que explicar a los franceses que la crisis de la eurozona le obliga a realizar importantes transferencias de soberanía.
Pero, tal y comolamenta el diario en otro artículo de opinión, el presidente francés se atrinchera en un “silencio ensordecedor. Al dar prioridad a las soluciones a corto plazo, estaba claro que al final tendría problemas en el debate sobre la unión política”.
Para François Hollande, la situación es especialmente incómoda. [...] La posibilidad de una nueva reforma del pacto presupuestario y su ratificación representa para él una verdadera complicación. Debe tener en cuenta al club de los euroescépticos, que cuentan con dos representantes nombrados en el Quai d’Orsay [el ministerio de Exteriores francés]. [...] La canciller ha tirado la pelota al campo francés y François Hollande tarde o temprano tendrá que cogerla.