El Consejo Europeo del 14 de marzo, dedicado al crecimiento, ha vuelto a ser una “cumbre previsible”, tal y como asegura Il Sole-24 Ore. A pesar de los indicadores negativos sobre el paro y la producción y de la presencia en Bruselas de manifestantes contra la austeridad llegados de toda Europa, el diario señala que
No ha cambiado nada en el palacio. Las conclusiones estaban predefinidas: un poco de flexibilidad en las normas contra el déficit y ante todo la lucha para reducir el desempleo juvenil, el mantra del momento. [...] Ningún golpe de efecto, ninguna sorpresa. Como si Europa no agonizara en la recesión por segundo año consecutivo. [...] Haría falta un poco de imprevisibilidad teñida de ingenio, una voluntad común inusual para sacar a Europa del túnel de la crisis, con menos palabrería y algunas medidas concretas.
“Europa está condenada a seguir por el camino de la austeridad, abierto por Berlín, para que la Unión Europea salga de la crisis”, comenta Ziarul Financiar. “Era evidente, desde que Alemania presentara un presupuesto ejemplar que promete llegar al déficit más bajo de los últimos 40 años”, añade el diario rumano:
el precio a pagar es doloroso para toda la UE: desempleo juvenil por todos lados, recesiones sorprendentes en todos los países afectados por la crisis... Y, además, Berlín sigue por el mismo camino, exigiendo que la expresión “saneamiento presupuestario”, es decir, la austeridad orientada hacia el crecimiento, se mencione hasta en cuatro ocasiones en las conclusiones de la cumbre.
Desde la firma del Pacto de crecimiento el pasado mes de junio, Les Echos se lamenta de que “las cosas apenas han avanzado”. El diario económico recuerda sobre todo que los “project bonds”, “esas financiaciones obligatorias creadas para sustentar los grandes proyectos de infraestructuras, aún sigue en el limbo, cuando la primera fase debería haberse iniciado el pasado mes de octubre”. Sin embargo, Les Echos ve algo de esperanza tras este deslucido Consejo Europeo, sobre todo porque “Francia e Italia han logrado que sus socios transijan un poco” en lo relativo a los déficits públicos:
Algunas de sus demandas [se han] incluido en las conclusiones de la cumbre. De este modo, París ha acogido positivamente la mención en el texto final de “la necesidad de un saneamiento presupuestario diferenciado, favorable al crecimiento” [lo que] abre la vía a una cierta flexibilidad en la aplicación del límite del déficit por debajo del 3% [...] Por su parte, Italia ha presionado para que el texto de las conclusiones reconozca el carácter particular de las inversiones públicas de futuro en el cálculo de los déficits.