Ha sido “un debut sin complejos de inferioridad”, escribe La Stampa tras la primera gira diplomática europea de Enrico Letta. El primer ministro italiano, que juró el cargo el 29 de abril, se reunió con la canciller alemana Angela Merkel el 30 de abril y con el presidente francés François Hollande y el presidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso, el 1 de mayo.
Debía “darse a conocer en Berlín y París, donde el destino de Italia se decide mucho más de lo podría pensarse”. A pesar de ser joven, pues sólo tiene 46 años, “asumió en cuestión de horas su función de jefe del Gobierno”, señala el diario. Pero será mucho más difícil ganarse la confianza de Europa, añade el diario en un editorial:
En estos momentos de extrema dificultad, en los que las relaciones políticas internas en Europa sufren el creciente enfrentamiento entre Francia y Alemania, [la gira de Letta] constituye el primero de una serie de encuentros en los que Italia tendrá que exponer el problema del equilibrio difícil, por no decir imposible, entre la austeridad y el crecimiento. [...] Italia intentará a toda costa lograr lo que se les ha concedido a España, Portugal e Irlanda, es decir, una prórroga de dos años para lograr el objetivo del presupuesto equilibrado que se fijó para 2013 [...], algo que podría aportar entre 10.000 y 20.000 millones de euros extra para ayudar a la economía a superar su estancamiento actual. Italia se encuentra actualmente en una posición absurda: contribuyó masivamente al MEDE para salvar a países en dificultades como Grecia, pero no se le permite gastar ni mil millones para reactivar su propia economía.
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La temprana gira diplomática de Letta ha sido “una buena idea”, en opinión de Il Sole 24 Ore, no sólo para enfatizar “la postura más política de Italia en el ámbito continental”, sino también para consolidar su posición a pesar de sus disputas, sobre todo la suspensión del impuesto de vivienda que reclamaba el líder del PDL Silvio Berlusconi, y que ya están afectando a la gran coalición que apoya a su Gobierno. Letta:
ha puesto las cartas sobre la mesa, haciendo que resurja el objetivo de una Europa política, olvidado hace tiempo. Ahora, la canciller sabe que las cosas han cambiado y que el objetivo de la nueva mayoría es recuperar el ideal europeo cuya prioridad es el desarrollo económico. [...] El 25 por ciento de los votos que ganó el Movimiento Cinco Estrellas, el partido contrario a la clase dirigente, es una llamada de atención no sólo para Italia: la amenaza del populismo se extiende por toda Europa y debe contrarrestarse también con el restablecimiento del eje Italia-Alemania tradicional.
En Alemania, Die Zeit realiza una reflexión sobre el "chico listo" que ha sucedido al “encantador sonriente" Berlusconi y al "profesor cortés" Monti.
Letta desea entablar una relación de confianza con la canciller alemana. Puesto que las relaciones con Alemania tienen una importancia decisiva para su Gobierno [...] Letta necesita una sólida legitimación multilateral en Europa. Porque sin ella, será víctima de los antojos de sus socios de Gobierno.
Con respecto a la idea de una alianza con François Hollande en Francia para "demandar una flexibilización del pacto de estabilidad y [...] de los objetivos de déficit", Der Standard cree que es "totalmente exagerada." El diario austriaco afirma que:
países como Italia y Francia, que son los críticos más virulentos de las políticas de austeridad, están lejos de haber explorado todos los medios [de reducir el déficit]. Al contrario: el Gobierno francés redujo la edad de jubilación [...] de 62 a 60 el año pasado [...] y el Gobierno de Roma, presionado por el “Cavaliere” Silvio Berlusconi, está en estos momentos deshaciendo algunas de las reformas del anterior gabinete.
La gira europea de Enrico Letta al final no es más que una “peregrinación piadosa”, en opinión del columnista del diario ABC Alfonso Rojo. Al visitar Berlín en primer lugar, el nuevo primer ministro italiano ha demostrado que sabe quién está al mando de la UE:
Hay quien dice sarcástico que más que una visita oficial, es una "peregrinación piadosa". Peregrinación, porque es un viaje obligado buscando la salvación. Piadosa, porque da la impresión de que los mandatarios europeos que se acercan a ver a Angela Merkel lo hacen casi de rodillas. […] Después de la reunión con la canciller, en la rueda de prensa conjunta, no se le vio ya tan fiero. […] La canciller Angela Merkel recitó a renglón seguido el mantra de que Europa "tiene que salir de la crisis más fuerte de como entró" y todos sonrieron, pero el juego está claro. Enrico Letta, como le ha pasado a François Hollande y demuestra Mariano Rajoy, ya sabe quien manda en la UE.