Se trata de uno de los raros diarios británicos cuya difusión no supera el millón de ejemplares. Antaño orgulloso de defender los valores tradicionales, el Daily Express fue comprado en 2000 por Richard Desmond, propietario de un grupo de prensa pornográfica, y desde entonces su influencia ha disminuido. Lo cual no le impide auto-calificarse como "el más grande diario del mundo".