El excedente presupuestario de Alemania es la razón principal del malestar económico europeo, escribe el economista Patrick Chovance en Foreign Policy. Y la salida de Alemania de la zona euro permitiría el reequilibrio tanto de la economía europea como de la economía mundial. Chovanec despliega las ideas del economista del siglo XIX David Ricardo, explicando que el desequilibrio comercial de Europa debe ser reducido para aumentar la demanda interior de Alemania, y por consiguiente la de sus préstamos. Históricamente, el excedente de ingresos por parte de Alemania ha sido prestado a sus vecinos, lo que ha conducido a la crisis de la deuda actual:
No se puede decir que el excedente de ahorro de Alemania, con el que los bancos no sabían qué hacer, fuese bien invertido. Más bien al contrario, pues ha dado a los alemanes una ilusión de prosperidad a cambio de inversiones (incluidas en el PIB) en pagarés [reconocimientos de deuda] que no podrán ser nunca devueltos.
En circunstancias normales, continua Chovanec, los tipos de interés reducirían la diferencia para impulsar la competitividad de los socios comerciales de Alemania, sin embargo, los tipos de interés fijo de la zona euro impiden tal reajuste. Los Estados deudores de la zona euro deben avanzar “mano a mano” junto a la economía alemana. Su desequilibrio comercial no puede ser reducido más que por el descenso de la demanda de los bienes alemanes importados. Esto implicaría una caída del consumo global. Los Estados del Sur han disminuido su déficit con Alemania, pero en perjuicio del crecimiento.
Según Chovanec, no son las economías europeas las que deben llegar a ser como la alemana, sino que es Alemania la que debe reflexionar en qué hará con su excedente:
El ahorro en exceso es una realidad; la clave es a quién prestar ese dinero. Conceder créditos dentro del mercado interior conduciría a una verdadera reconstrucción de la economía europea, lo que es preferible, al contrario de la solución que consiste en dar este dinero a los extranjeros para que compren cosas que no se pueden permitir.
Una salida de Alemania de la zona euro proporcionaría una ventaja competitiva a sus deudores, pues aumentaría el endeudamiento interior y permitiría que el excedente fuese invertido en el país. La presión disminuiría de esta forma sobre los mercados europeos y mundiales, ya que la dependencia de Alemania del mercado americano – el consumidor mundial en última instancia – ha aumentado igualmente la deuda y el tempor de que nunca sea devuelta.