Acusados de no haber sabido impedir la masacre a manos de las tropas serbias de más de 8000 musulmanes de Srebrenica, al este de Bosnia, de los que tenían la responsabilidad los cascos azules holandeses en 1995, los Países Bajos han sido juzgados como directamente responsables por la muerte de tres de ellos.
El 6 de septiembre, la Corte Suprema de La Haya confirmó así el fallo de la Corte de Apelación, que admitió la denuncia presentada por las familias de un electricista, del hermano y del padre de un intérprete empleado por el batallón holandés. Éstos buscaron refugio junto a los soldados holandeses, que no los pudieron evacuar porque no disponían de salvoconducto de la ONU.
Según el NRC Handelsblad,
el veredicto irrevocable de la Corte Suprema simboliza un desenlace doloroso para el Estado holandés, ya que el argumento apoyado durante largos años según el cual los Países Bajos no pueden ser considerados responsables de lo que pasa bajo la bandera de las Naciones Unidas, no ha sido aceptado.
El periódico espera que los Países Bajos
se apresuren a presentar sus disculpas de buen grado a los familiares más próximos de los tres hombres muertos y se muestren abiertos al pago de una indemnización. [...] A menudo, las disculpas se interpretan como una confesión, lo que suele ser seguido de facturas. Por ello, los Países Bajos no han presentado jamás sus excusas generales por la caída del enclave de Srebrenica.